sábado, 15 de marzo de 2008

Maratón MTB Tharsis 15mar08



En la línea de salida el personal espera el comienzo de la carrera. Me he debido de perder la fiesta del cambio de maillots, porque me encuentro a muchos con las equipaciones cambiadas. Alcoleanos, bartolinos y agonías con maillots de Cocinas Muñoz; Agonías y leperos con maillots de Kilómetro 0, otros que se han federado con el nuevo equipo de la Universidad de Huelva… el mercado se mueve, los millones corren de mano en mano.

El típico comentario sobre mi “flamante” casco surge de nuevo carrera tras carrera. Por qué quiere la gente que cambie de casco, ¿acaso han pasado de moda las llamas?, ¿acaso mi casco está quemado y ha perdido parte de la cubierta trasera viéndose la parte interna del mismo ofreciendo un aspecto lamentable?... que noooo, que ya lo he intentado cambiar pero en todas las tiendas de bicis me dicen que mi casco no es retornable.

Una vez callejeado el pueblo nos metemos en el campo. Miro atrás pero no veo ningún agonía. Otra vez solo, el Coleta no me quiere acompañar en las salidas fuertes y Claudio me ve de lejos durante un tramo pero no me alcanza. Los demás supongo que van detrás. Soy el único corredor que participa en categoría “dos bicis”, ya que mis dos montanbais están en carrera, mi Kona bajo mis agónicas posaderas y mi Giant doble cabalgada por Rubén en su reaparición en el mundillo betetero después de 7 meses de abstinencia (por cierto, que sufrió más que el señor en la cruz haciendo la corta, adelantándole hasta el de los coquis).

Por delante se me escapa el grupo de cabeza pero yo no puedo ir más rápido. Las piernas no me lo permiten. Me encuentro a Humberto que va delante mía. ¿Cómo?, esto no me cuadra, los jueces deberían declarar salida nula. Empiezan las dudas, las señales internas y externas delatan que no voy bien, ¿o es que Hbo va como una moto?. Tus salidas no son asín, Humberto, cógeme más palante pero déjame en paz por ahora criatura.

Parece que me recupero porque lo dejo atrás, esto ya es otra cosa, todo vuelve a la normalidad. ¿Iré bien después de todo? Llegamos a la bajada salvaje del río. Adelanto a los que bajan andando y a los que después de cruzar el río suben andando por el empinado repecho.

Empieza un tramo rápido y con muchas curvas en el bosque de eucaliptos. Voy con Juanbtt y un corredor cordobés. Nos entendemos bien. Pasamos a Salva que no va muy convencido. Nos encontramos a Jesuli que va con la rueda trasera muy vacía por un pinchazo. Salimos del bosque de eucaliptos y divisamos a los lejos los molinos de Tharsis. El terreno ahora es de sube y baja por campos sin árboles. Bea me alcanza por detrás. ¡ Que pronto ¡ pienso yo, pero me lo temía. Surgen de nuevo las dudas. Me ha cogido Bea, voy mal… no, pero Bea este año va para campeona de Andalucía y está fortísima… no voy tan mal.

No lleva ningún bote en los portabidones traseros del sillín, le doy uno de los míos pero no se lo puede colocar. La acompaño y le voy dando agua. Seguimos así varios kilómetros. Cruzamos la vía del tren. Pasamos al Artefacto con problemas mecánicos. Formamos grupo Bea, yo, Domingo de San Bartolomé y otros dos ciclistas más. Nos desorientamos en un cruce con la señalización medio caída. Hubo un momento de confusión pero en realidad perdimos poco tiempo.

Llegamos a tierra de minas y vemos la rampa de los molinos a unos 500 metros. Bea se va despegando poco a poco en la subida previa a la de los molinos. Domingo y yo nos quedamos comentando la jugada.

- ¡ Hay q ver como anda esta niña ¡
- Y que lo digas.

Domingo tiró hacia delante en la cuesta de los molinos y yo me despegué un poco.
El Conde también sube en esos momentos hacia los molinos. ¿Qué hace ahí delante? Me entero de que hay un grupo que se ha extraviado y el es uno de los perjudicados. Se retira mosqueao de la carrera en el avituallamiento de los molinos. Subo el repecho ultimo del control andando junto a un pelotón en el que van Criskona y el Artefacto. Bea sube montada, fue la última vez que la vi. Nos desperdigamos un poco al bajar la trialera de los molinos y pongo rumbo a Alosno. Me uno de nuevo a Criskona que en esos momentos se piensa hacer la corta de 70 kms. pero le animo a hacer la larga acordando llevar un ritmo “amigable”. Ese término me suena, y no me lo creo. Cogemos al Artefacto otra vez y llegamos juntos a Alosno. Reponemos fuerzas en el avituallamiento. Se nos une Humberto puntualmente en su cita conmigo a los ¾ de carrera. Yo salgo un poco antes y el Artefacto grita a los otros rezagados:

- ¡ Que el agonía no espera !

Nos alejamos de Alosno con viento en contra. Con Hbo el ritmo amigable se va al carajo. Criskona y él se van palante y nos dejan a mi y al Artefacto. Poco antes de llegar a la subida de la peña mi acompañante se me va escapando poco a poco. Lo veo subiendo las primeras rampas de grava pero yo me bajo. Los amagos de calambre ya están presentes y no me arriesgo a que me de uno de verdad. La subo entera a patas. La misma cuesta que el año pasado en la maratón de San Bartolomé la subí enterita, ahora no soy capaz de subirla ni un tramo. Llego al avituallamiento penando, le doy aceite al Bily. ¡ Sorpresa !, la bajada no es por la carretera negra… sino que la peña se baja por una trialera por donde hay que despeñarse… nunca mejor dicho.

Me encuentro al Misto parado junto a otro ciclista estudiando la trazada para bajar la primera rampa de la trialera. Casi sacan la escuadra y el nivel. Unos espectadores enfrente sentados sobre una piedra observan la escena con morbo. Qué gusto por la sangre tiene la gente. ¡ Venga pabajo !, pasa el Misto, luego yo y después el otro estudiante. La verdad que ver a uno bajar antes que tú te da más confianza. Pasamos el punto conflictivo sin problemas. Un poco más adelante me desvío a la izquierda en la bajada y tengo que sacar el pie al meterme en un surco. Me pasa el Bili como una bala y el Misto me pregunta:

- ¿ Adonde va ese tan rápido, pa qué?

Salimos a la carretera nueva que baja de la peña. Me encuentro a Juanbtt arreglando un pinchanzo justo al salir de la carretera a la izquierda para incorporarte al campo. A partir de aquí voy pendiente de los calambres, sin forzar, con amagos, abusando de plato chico por miedo al calambrazo final. Juanbtt no me alcanza hasta la subida del depósito. Nos bajamos en la rampa más dura sin complejos, pero hacemos el resto montados a platito chico. A partir de ahí vamos juntos hasta meta. Me encuentro a una chavala de la organización:

- ¿No me digas que hay que subir hasta esa casita tan bonita? –me refería a la última colina donde se veía una casa en lo alto, la del famoso control del punto verde-
- ¿Que casita ?, Ah no. –me respondió la muchacha.

Ay que no. De más sabía yo que había que subir, y efectivamente el otro miembro de la organización que estaba un poco más adelante nos desvió hacia la subida donde estaba Fernando en el control poniendo verde a todo el desgraciaito que pasaba por allí.

Después de tantas vueltas. Después de tantos desvíos viendo Tharsis y desviándonos sin compasión cuando ya teníamos la miel en los labios, por fin nos dirigimos al pueblo de verdad.

- Entra tu delante mía Juan, que has pinchado y te mereces entrar antes que yo.
- Que no hombre, que más da.
- Que si.
- Que no.

Y así llegamos a la línea de meta, casi parados discutiendo el orden de la llegada… como ensayo de la discusión general que se originó después por gente que iba detrás pero entró antes, gente que se perdió y que se retiró, gente que también se perdió pero que siguió dando pedales, gente que le salieron más kilómetros de la cuenta... gente que en definitiva estaba deseando comerse los garbanzos después de meterse tal paliza en el cuerpo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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