sábado, 1 de septiembre de 2007

2º Test para el Titán: El TITANLUZ (1sep07)




Pues sí, que nombre tan precioso y apropiado para esta prueba que me acabo de inventar. Si algún patrocinador me pusiera unos cuantos Binladens de los moraos encima de la mesa le daría mis derechos de autor y todas mis bendiciones para organizar la carrera, eso sí, el nombre de la prueba ya no es negociable: “TITANLUZ”, para eso nació como un test del Calandraka para el Titán en la Costa de la Luz. La historia por la que nacería este engendro sería la siguiente:



El 1 de septiembre se celebró la travesía a nado del Guadiana. Dos kilómetros y pico de recorrido desde Vila Real de Santo Antonio hasta Ayamonte. Con la mente puesta en el Titán se me ocurrió la idea de, una vez acabada la travesía a nado, volver a Huelva en bici. Efectivamente con la colaboración inestimable de Charo a los mandos de la piragua rémora y de Jesús al volante de mi coche, podría realizar la idea que me rondaba en la mente. Charo era imprescindible para cruzar a nado la desembocadura del Guadiana como acompañante, para mitigar mi miedo escénico a las agua abiertas, y Jesús era muy importante también para llevar mi coche de vuelta a casa mientras yo volvía a pedales.



La travesía comenzó sobre las 6 de la tarde. En el pantalán de salida me coloqué en la última posición para evitar aglomeraciones ni golpes. El mismísimo David Meca, sobre una lancha neumática y altavoz en mano, dio la orden de salida. El agua estaba fresquita y la corriente ayudaba a los nadadores mucho más que el año pasado. La piraguista me guiaba en la dirección correcta, así que no tuve que levantar mucho la vista al frente. Nadé con fuerza en cada brazada y a buen ritmo, y a pesar de eso no llegué muy cansado a la meta. El tiempo final fue de 33 minutos y 40 segundos, casi 9 minutos menos que el año pasado, aunque el efecto de la marea hace difícil la comparación.



Una vez fuera del agua me fui directo al coche. Antonio León, que pasó junto a mí camino del polideportivo donde se efectuaría la entrega de premios, me comentó con algo de sorna la penosa transición que estaba haciendo. En realidad me lo tomaba con calma, aunque no con tanta parsimonia porque no sabía que tiempo iba a echar de Ayamonte a Huelva en bici y no quería pillarme los dedos con las horas de luz que quedaban.



Hice una paradita en la gasolinera para llenar las ruedas por recomendación de Jesús, me comí un plátano, y puse rumbo a Huelva un cuarto de hora pasadas las 7. El inicio es una cuesta to’parriba que subí a plato con un poco de ayuda de popa. El cartel indicador marcaba 58 kms. hasta Huelva, aunque quizás por la nacional, a través de Lepe, Cartaya y Aljaraque-Corrales el recorrido sean más aproximados a los 55 kms. El viento me fue favorable durante casi todo el recorrido y me planté en Huelva en 1 hora y 24 minutos.



Al llegar a casa, todavía con el sol, me cambié, bebí y me dispuse a empezar el último segmento del Titanluz: un recorrido a pie por el paseo marítimo, subida al Conquero por la cuesta de la Cinta y bajada hasta la plaza de toros, en total otros 25 minutos y algunos segundos con un buen desnivel para terminar. Aunque después de esta crónica lo más seguro es que este test se convierta en un clásico en la temporada triatlética de Huelva.

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