sábado, 7 de julio de 2007

Triatlón “Kumgang Dymanic Pinares y Playas de Cartaya” 07julio07


7 del 7 del 7 podría ser la cita satánica de los adoradores del triatlón, o más bien raid. Fue el día de una prueba original y que seguro gana adeptos conforme pasen las ediciones y se corra la voz. Tan sólo hay que ver que los actuales bicampeones, la pareja del Triatlón Punta Umbría “solo” quedaron terceros por detrás de la pareja bartolina Hermanos Macías, la pareja Fabio y Juan Carlos alcoleana y justito por delante mía y de mi compañero, la pareja Agonía formada por Coleta y Calandraka, birlándonos la tercera plaza casi en la línea de meta. Pero no nos adelantemos... todo a su debido tiempo.

Corría el año 2005 y las uvas dieron paso al 2006. Pero no fue hasta el 2007 cuando se desarrolla esta historia... bueno, al grano, el caso es que el 7 del 7 del 7, aparte de San Fermín, fue una fiesta del deporte y la naturaleza en Huelva. Veinticinco parejas en el agua montadas en piraguas descubiertas dobles esperando el chupinazo. El primer segmento eran 7 kilómetros de paleo desde el Lancón (antiguo punto de comienzo del puente que nunca se terminó entre el Rompido y el Terrón) y un muro de piedra en un caño perdido de las marismas cartayeras.

La salida fue un poco caótica para algunos. Hubo golpes de remos contra las piraguas por coger un lugar en el pelotón de cabeza. Hubo piraguas que se cruzaron taponando a otras (algunos de los damnificados fuimos nosotros y la pareja alcoleana Manu-Rubén). El grupo de cabeza se nos escapó pero nos mantuvimos en toda la carrera a una distancia casi invariable y equidistante entre el grupo de cabeza y el resto del pelotón perseguidor. Mi coordinación con el Coleta que estaba en la parte trasera del kayak fue a mejor, y salvo alguna corrección brusca en la dirección desde la popa para alinear la piragua, no tuvimos muchos más problemas que el de la tendencia de nuestra embarcación a escorarse hacia la derecha corrigiéndolo con remadas fuertes con la pala diestra, ¿defecto de remada?, ¿de la marea?, ¿de la piragua?, ¿de la conjunción planetaria?... quién sabe.

Nos aproximábamos al punto de retorno. Ya volvían a meta el equipo TriPunta en cabeza, los bartolinos andaban al acecho junto con los alcoleanos Fabio-JCarlos y... ¡¡Ostras Pedrín!! casi me tuve que frotar los ojos ante mi incredulidad... la pareja mixta formada por “Motor Fuera Borda” Cozi y “Mascarón de Proa” Txarini que iban también en cabeza... (esos eran los roles que yo les asigné a cada uno de los componentes del equipo reketekemao, aunque Txarini alegó posteriormente que ella también remaba). Llegamos al punto de retorno, no nos acordábamos de nuestro dorsal y la organización tenía que apuntarlo. Como no se veía con los salvavidas que llevábamos puestos tuvimos que parar y el Coleta me levantó el chaleco para mirar el dorsal en mi espalda. Fueron segundos perdidos que en piragua son vitales porque es muy difícil recuperar los metros de desventaja. Aún así conservamos la misma posición y llegamos a la orilla en el puesto número 11, tras 50 minutos en el agua.

En la orilla cogí las zapatillas y los calcetines, me senté en mi piragua y con los pies en el agua me quité la arena y me calzé. Cogí dos botellas de agua, una para mí y otra para mi compi. La otra pareja alcoleana (de las muchas que había) Manu-Rubén nos adelantaron en la transición mientras el Coleta se tomaba su tiempo. ¿Estamos?... ¡¡Vámonos ¡¡. Coleta aguantó el tirón dignamente, aún no estando habituado a la carrera a pie. Yo iba a su ritmo porque no servía para nada llegar antes uno que otro, ya que en los controles había que llegar juntitos. Como después me comentó lo pasó fatal en este segmento casi sin poder levantar los pies del suelo. Al final, para adelantar algo tiré un poco para adelante y coger mientras tanto la brújula y el rutómetro para ahorrar tiempo. Después de este tramo adelantamos algunos puestos, saliendo en bici en el puesto 8º o 9º. Mi cronómetro marcaba 1h 20m al empezar a pedalear.

Iniciamos el segmento de orientación en bicicleta de montaña. Toda la buena sintonía y ánimos de los segmentos anteriores dieron paso a las primeras discusiones sobre la bicicleta por culpa del rutómetro.

- ¡¡ Illooooooo, qué dice el rutómetro, cojone!!.
- Sin mosqueos eh!, a mi no me hables así. Si te pones en ese plan lo llevas tú.
- Po trae pacá. Mira que venir sin el soporte pal rutómetro.
- Me tengo que encargar de tó, encima que te he inscrito y he estao llamando pa informarme?
- Eres un desastre quillo.
- No te queje má ompadre, que te queja má que siete viejas.
- Saca la brújula.
- Toma...ande está el norte?
- Pallá.
- Enga.
Lo llevábamos en la mano al no disponer de un soporte para la bici, poca preparación y previsión si que hubo en esta pareja, pero las cosas estaban así y no era momento de mosqueos. Al principio tiré yo, cuando se recuperó el Coleta de la carrera a pie tiró él, después yo y así fuimos pedaleando por terrenos duros por la calor, la arena y los tramos de enduro por donde rodábamos. Como la consulta del rutómetro, que se deshacía en las manos del Coleta, se hizo complicada, optamos por el viejo truco de seguir al que estaba delante nuestra o en su defecto seguir las huellas de las ruedas.

Adelantamos a varias parejas, entre ellas la que finalmente quedó 5ª formada por mi antiguo compañero de MTB Alex&Companía. En cabeza, como supimos más tarde iban los Bartolinos y la pareja Jesuli&Isra, estos últimos sufrieron una caída y una pérdida que los alejaron definitivamente de los puestos de cabeza. Un poco detrás iba la pareja alcoleana Fabio&Jcarlos junto a otros equipos. Los teníamos a la vista. ¿Para qué queremos brújula ni rutómetro si tenemos a una pareja que va rápido delante nuestra perdiendo su tiempo en consultar la ruta y que además no se equivoca... “demasiado”?.

En realidad seguir a una pareja es bueno si van en la dirección correcta, pero si se equivocan, tu también te pierdes. No fue el caso. Los cogimos y rodamos juntos durante la segunda parte de este segmento ciclista. Ibamos bien... bastante bien diría yo, en realidad íbamos mucho mejor de lo que creíamos. Hubo un momento de confusión donde nos juntamos varios equipos. Era junto al punto de control número 6, el último, tan sólo había que llegar a la meta, pero donde coño estaba la meta. Fabio leyó el rutómetro... “la fuente de piedra... sé donde está eso, vámonos”. Era el final, ya no hacía falta rutómetro. Nosotros no sabíamos donde íbamos, solo seguíamos a Fabio y Juan Carlos.

Nos incorporamos a una pista en descenso mientras pasaba por allí como dos balas la pareja TriPunta. Los cogimos y los dejamos atrás. Entrábamos en la zona de recreo, la Pradera de San Isidro, frente al Karting. Rodábamos con más tranquilidad de la cuenta, tanto que nos cogió de nuevo la pareja TriPunta. Eramos tres parejas, los Alcoleanos dirigiendo, los Agonías y los TriPunta. Pensábamos que rodábamos en el puesto 6º o 7º. Por nuestra cabeza no pasaba la idea de lo que nos estábamos jugando en realidad. De pronto la meta se puso delante nuestra sin esperarlo, el Coleta me avisaba, yo en ese momento rodaba detrás de él, no lo oí, el equipo TriPunta pasaba delante nuestra a 10 metros de la meta, entre los alcoleanos y nosotros. En meta nos dijeron nuestro puesto. Sois cuartos. ¡¡ Me cago en toooooooooooooo !!. Sólo hubiera hecho falta un arreón final para subir al podium. El Coleta echaba humo... me odiaba a muerte. Yo le amaba, bueno es mentira, pero al menos no había odio:

- Por qué no has sprintao cabrón.
- Yo que sé, yo creía que la meta no estaba aquí todavía.
- Pero si te he gritao... ¡¡ ahí están las columnas !!.
- Qué columnas, ni columna...no he escuchao ná, mamón.
- Joder tío hemos perdió el tercer puesto por tu culpa.
- Coleta no pasa ná coño, que somos los cuartos, que tenemos trofeo y dinerito.
- Que yo quería ser tercero.
- Que cansino... venga ya coño, a mis brazos.

Y entre miradas encendidas aún por el resquemor nos dimos un abrazo que selló nuestra reconciliación, al menos superficialmente. Solo pasó un rato para borrar los malos sentimientos. El tiempo lo cura todo. Ahora somos una pareja feliz. Repusimos fuerzas con la suculenta comida que nos ofreció la organización a base de paella y sardinas asadas sazonado todo ello con vino de la tierra y cerveza.

Después de todo es la primera prueba por parejas a la que voy con el Coleta. No se si será la última, pero si seguimos a este ritmo deberíamos pensar en abrir una cuenta para meter los primeros 50 eurazos que hemos ganado hoy y los millones que vengan después, y quién sabe si en un futuro tendremos que alquilar un local para guardar nuestros trofeos...

Como moraleja final habría que tomar ejemplo de este tipo de pruebas. No sólo se hacen buenas pruebas si las organizan las federaciones y para ejemplo solo hay que recordar la prueba triatlética de montaña del Castillo de las Guardas, donde la federación no aparece porque los organizadores no quieren pasar por su aro...o al revés, y vaya prueba emblemática y bien organizada que se montan entre el Club MTB del pueblo y el ayuntamiento.

Y otro buen ejemplo es esta prueba, más cercana al Raid que al Triatlón, organizada por el Patronato de Deportes del Ayuntamiento de Cartaya y el club Kumgang Dynamic, bueno, bonito y barato... quien da más.

1 comentario:

João dijo...

Calandraka me has animado la tarde con la lectura de tus aventuras. Buenas y divertidas tus crónicas. Un saludo
El Algarvío