sábado, 17 de noviembre de 2007

Maratón MTB Cartaya 17nov07




El Coleta me pidió el día anterior que fuera su gregario. Su objetivo era subir un puesto en la clasificación general local. Como en esta clasificación sólo cuentan los federados en ciclismo por la provincia y los que no somos federados somos simples ceros a la izquierda, accedí a colaborar… y es que en el fondo soy un hombre de equipo.

Lo convencí para salir fuerte y entrar en una buena posición en el enduro, pero el nivel de mi compañero de equipo a estas alturas de la temporada no es el mejor, y le costaba trabajo seguir a los de cabeza. Yo miraba constantemente atrás para tirar de él, con el riesgo de besar el suelo, cosa que casi consigo cuando por poco toco la rueda de atrás de un ciclista del pelotón.

Entramos en el enduro que bordea el embalse de los Machos y tiré un poco pa’lante ya que aquí ir a rueda no es muy ventajoso. Paraba a veces para mirar atrás y esperar. Rodamos casi todo el enduro con Bea y el equipo Monje de escoltas.

Ir a un ritmo inferior del que puedes dar, te da la posibilidad de ver otra carrera que no verías en otras circunstancias. Viví unos momentos del duelo en la cumbre entre Bea y Peralta. La actual campeona de Andalucía sufrió bastante en el enduro, pero al terminar ese tramo su potencia de pedaleo la acercó hasta Bea. Quedaba mucho por delante, mucha pista favorable a Peralta, pero también quedaba un enduro final a pocos kilómetros de meta favorable a Bea, que al final lo aprovechó para ganar la maratón y demostrar que es la mejor hoy por hoy de Huelva y quizás la mejor de Andalucía el año próximo.

Yo creía que mi compañero aguantaría el ritmo de las dos féminas y que veríamos todo el duelo, pero no fue así. Las dos bikers se alejaron fuera de nuestra vista. Con mucho gusto las hubiera seguido como espectador privilegiado del duelo, pero mi sitio en esta carrera estaba con mi compañero agonía en horas bajas.



Antes de entrar en el pueblo de San Silvestre de Guzmán nos encontramos con el coche del equipo Monje con el Pantera al volante y la RKT Txarini cámara en la mano. Nos hicieron alguna fotillo y nos dieron ánimos. Me paré en el avituallamiento para coger agua y fruta para los dos mientras Antonio seguía su camino. Después de alcanzarlo seguimos un poco de pisteo hasta la bajada al riachuelo para empezar a subir la cuesta de Fuente Blanca. Sin darme cuenta me alejé un poco de mi compañero hasta que no lo ví, levanté el pie del pedal pero al no acercarse me di la vuelta. Me crucé en dirección contraria con un grupo donde iban Jcarni y Candy entre otros y me dijeron que el Coleta se había parado con calambres.

Efectivamente allí estaba echándose reflex. Todavía quedaba mucha subida pero no era muy dura. Con paso lento llegamos arriba. Aún nos quedaba mucha pista hasta San Silvestre nuevamente. El Coleta ya no solo iba mal por su forma física a estas alturas de temporada, sino que ahora iba acalambrao y no podía pasarse un pelo en la fuerza de pedaleo. En el avituallamiento del pueblo hicimos la misma jugada, yo me quedé repostando por los dos y el siguió hasta que lo alcancé de nuevo.

La cantidad de gente que nos pasaba era enorme, grupos y grupos enteros nos pasaban sin poder seguir el ritmo de ninguno. Antes del segundo paso por San Silvestre ya nos habían pasado Rafa exRKT, Nacho MKM, un biker reage con rastas, la abuela de éste, un ciclista con calcetines estilo futbolista, otro con pedales no automáticos, el que iba vendiendo los coquis, la tatarabuela del biker reage… En el canal marqué un ritmo asequible para mi compañero que se enchufó a mi rueda, antes de meternos de nuevo en el enduro. No obstante siguió alcanzándonos gente… Jabiker MKM, Domingo de San Bartolomé que había pinchao… una auténtica sangría, caíamos como fruta madura. Más reflex.

Por fin llegó el enduro final. Escondida en un tramo técnico estaba Mamen haciendo un reportaje fotográfico. Como el paketerismo se contagia, me sacó una foto de una caída al más puro estilo globeril… sin poder sacar las calas de los automáticos en un repecho pa’rriba. Se hizo largo el segundo enduro… tanto que en vez de disfrutarlo, nos sentimos aliviados de haberlo terminado.

Encontramos ante nuestra sorpresa a Gonzalo del Molino parado en el camino… más tarde nos contó que rompió el cambio y que al final le ayudaron a llegar con piñón fijo. Nada más que entrar por delante de Gonzalo valía la pena a mi compañero de ruta. Este fue nuestro objetivo final hasta la meta y como lo conseguimos ya se encargó el Coleta de echárselo en cara a nuestro amigo-rival Gonzalo cuando lo vimos en la comida… siempre con el buen sentido del humor por delante, como no puede ser de otra manera entre colegas.

Con 4 horas y 35 minutos terminó el sufrimiento para el Coleta y mi “paseo” de acompañamiento. A pesar de todo, el único agonía que hizo la ruta larga y entró delante nuestra fue Dani que hizo un carrerón sacándonos más de tres cuartos de hora y quedando campeón entre los agonías más agonías y gran 8º puesto élite y 15 en la general.

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